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Cómo funciona el aval en un crédito hipotecario

Cómo funciona el aval en un crédito hipotecario

20/08/2025
Maryella Faratro
Cómo funciona el aval en un crédito hipotecario

Comprar una vivienda representa uno de los mayores proyectos de vida y, con frecuencia, implica desafíos para obtener el financiamiento adecuado. En este contexto, el aval hipotecario surge como una herramienta clave para facilitar el acceso al crédito y ofrecer mayor seguridad a la entidad financiera.

Conocer en profundidad cómo funciona este mecanismo permite a solicitantes y avalistas tomar decisiones informadas y evitar sorpresas en el futuro.

El papel fundamental del aval hipotecario

El aval es una garantía personal prestada por un tercero (avalista) que se compromete a asumir la totalidad de la deuda en caso de impago del titular del préstamo. De esta forma, reduce el riesgo para la entidad financiera y contribuye a mejorar las condiciones del crédito.

Este respaldo puede sustentarse en una propiedad concreta, que el banco podrá embargar si el deudor principal no cumple con las cuotas.

Roles y responsabilidades

Comprender cada función dentro de un crédito con aval es esencial para evaluar los riesgos y beneficios.

  • Avalista: responsable de cubrir la deuda si el titular principal no paga.
  • Titular del préstamo: receptor del dinero, obligado principal al pago.
  • Banco o entidad financiera: exige la garantía para mitigar riesgos y ofrecer mejores condiciones de financiación.

Proceso en caso de impago y registro en CIRBE

Si el deudor principal deja de pagar, la entidad inicia primero un proceso de ejecución hipotecaria contra la vivienda. Por lo general, transcurre un periodo de espera —habitualmente doce meses sin resolver el impago— antes de reclamar al avalista.

Una vez activado el aval, la propiedad aportada como garantía puede ser embargada para saldar la deuda. Además, el compromiso queda registrado en la CIRBE (Central de Información de Riesgos del Banco de España), afectando la capacidad crediticia del avalista.

Datos clave en una tabla resumen

Requisitos para convertirse en avalista

Para asumir este compromiso, el avalista debe cumplir ciertos criterios indispensables:

  • Ser mayor de edad y contar con historial crediticio sin incidencias.
  • Tener ingresos estables, especialmente contratos indefinidos o estables como funcionarios o pensionistas.
  • Poseer solvencia económica suficiente para cubrir la deuda asumida.
  • Cuando se trata de aval hipotecario, aportar una propiedad libre de cargas y gravámenes.

¿Cuándo exige el banco un aval?

La exigencia de un aval suele aparecer en perfiles con ciertas características de riesgo:

  • Inestabilidad laboral: jóvenes, autónomos o contratos temporales.
  • Falta de ahorros: no contar con el 20% habitual para la entrada.
  • Cuando la relación préstamo-valor supera el 80%.

Si el solicitante demuestra un perfil sólido y dispone de ahorros, normalmente no será necesaria esta garantía adicional.

Ventajas y riesgos para todas las partes

El aval conlleva beneficios claros, pero también responsabilidades significativas:

  • Para el titular del préstamo: mayor probabilidad de aprobación y acceso a mejores condiciones de financiación.
  • Para el avalista: asume la totalidad del pasivo, su crédito queda gravado en la CIRBE y podría perder la garantía aportada.

Tipos de avales hipotecarios

Existen diferentes modalidades según el tipo de garantía ofrecida:

Aval personal: responde con bienes o ingresos sin aportar un inmueble.

Aval hipotecario: se garantiza con una propiedad, susceptible de embargo.

Doble garantía: se aporta una segunda vivienda, reduciendo el riesgo para el banco.

Consejos prácticos para titulares y avalistas

Tomar decisiones acertadas requiere información clara y detallada y un análisis conjunto de la situación financiera de ambas partes. Se recomienda:

  • Revisar el contrato de préstamo con un asesor legal.
  • Verificar la valorización real de las propiedades implicadas.
  • Negociar cláusulas de amortización anticipada para reducir costes.

Reflexiones finales

El aval hipotecario es una figura poderosa que puede abrir la puerta al hogar soñado, pero implica un compromiso serio para el avalista. Analizar con detalle cada paso, consultar a expertos y mantener una comunicación abierta entre todas las partes garantiza un proceso transparente y evita sorpresas en el futuro.

Así, tanto el titular del crédito como el avalista podrán disfrutar de la tranquilidad de un acuerdo sólido y justo.

Maryella Faratro

Sobre el Autor: Maryella Faratro

Maryella Faratro