En la actualidad, muchos usuarios sienten la presión de aceptar tarjetas de crédito sin evaluar su utilidad real. Sin embargo, esa acumulación sin control puede derivar en costos ocultos y riesgos financieros severos. Este artículo explora las cifras más recientes y propone recomendaciones prácticas para optimizar tu salud económica.
En 2025, el 15% de los hogares argentinos adquirió nuevas deudas con tarjetas, mientras que un 12% mantenía pasivos previos a 2023. Sin embargo, el 65% de los hogares no adquirió deudas nuevas en el último período. A simple vista, esta estadística invita al optimismo, pero es necesario profundizar en el contexto detrás de los números.
De mayo de 2024 a mayo de 2025, las operaciones mensuales con tarjeta de crédito en moneda local crecieron un 3,4% nominalmente, alcanzando un saldo acumulado de $19,3 billones. Ajustando por inflación, el avance real fue del 1,6% mensual y del 70,1% interanual. No obstante, los saldos de financiamiento parecen haber llegado a un tope, con mayores restricciones y costos para ingresos medios.
Tener una tarjeta olvidada en la billetera no equivale a un gasto cero. Los bancos suelen aplicar cargos incluso sin uso:
Estos montos pueden variar si tu tarjeta está vinculada a una cuenta sueldo, pero siempre conviene confirmar las bonificaciones vigentes con la entidad emisora.
El acopio de plásticos difícilmente proporcione beneficios reales y, en cambio, expone al usuario a múltiples peligros. Uno de los más graves es el sobreendeudamiento: disponer de varios límites elevados puede tentar al gasto indiscriminado.
Además, la dispersión de consumos dificulta el seguimiento de facturas y puede camuflar deudas inadvertidas. Un historial crediticio fragmentado tiende a elevar la tasa de morosidad y a deteriorar tu score, aun cuando no uses la tarjeta con frecuencia.
Por último, cada plástico adicional incrementa el riesgo de fraude o robo de datos. Una tarjeta inactiva puede pasar desapercibida cuando alguien hace cargos no autorizados antes de que los detectes.
Limitar el número de tarjetas es una medida sencilla pero poderosa. Se recomienda:
En países como México, los datos ilustran las diferencias según el tipo de crédito:
Estos ejemplos permiten valorar el coste-beneficio antes de solicitar un plástico adicional y medir si la relación entre anualidad y límite se ajusta a tus necesidades.
En 2025, las promociones digitales y los descuentos en cuotas continúan ganando protagonismo. Aunque ofrecen ventajas puntuales, la acumulación de ofertas puede transformarse en una trampa si no existe un plan de uso real.
Adoptar una estrategia de tarjeta única o reducida facilita el control de tus finanzas y ayuda a identificar con claridad cada movimiento. La educación financiera juega un rol crucial: comprender los costos y beneficios antes de aceptar un nuevo crédito es imprescindible para construir un historial sólido y libre de sorpresas.
En definitiva, evitar acumular tarjetas que no utilizas no solo reduce costos directos, sino que te proporciona mayor seguridad y tranquilidad al gestionar tu dinero. Aplica estos consejos desde hoy y experimenta la libertad de un crédito racional y ajustado a tu estilo de vida.
Referencias